Pocos deportistas pueden presumir de haber conseguido un palmarés como el suyo en tan corto espacio de tiempo. Tras lograr, recientemente, las medallas de oro y plata en dobles e individual en los Campeonatos de Europa de Parabádminton, Simón Cruz (Andújar, 1976), se ha convertido en el número uno de esta modalidad deportiva en España y se encuentra entre los cinco mejores jugadores del mundo.
Llegar hasta aquí no ha sido fácil: cuatro horas de entrenamiento diario para conseguir el máximo rendimiento en un deporte muy agresivo y que requiere una gran fortaleza física. “Es muy sacrificado. No hay ayudas de ningún tipo por parte de las administraciones u otras instituciones por lo que todo el esfuerzo has de hacerlo tú, con ayuda de la familia, amigos…”, explica el jugador del Club Bádminton Badfly. Nada o corre todas las mañanas dos horas y por la tarde, entrena otras dos en las pistas de la Salobreja, en Jaén, junto a su entrenador, Gustavo López, actual seleccionador nacional. “Si he llegado hasta aquí no es porque sea mejor que otros, sino porque si otros le dedican una hora al día, yo le echo cuatro y si entrenan tres veces a la semana, yo entreno siete. Tengo claro que para conseguir algo son necesarias constancia y entrega”.
Trayectoria
En 1999 Simón sufrió un accidente mientras trabajaba en un molino de orujo a consecuencia del cual le tuvo que ser amputada la pierna izquierda. “Nunca pensé que podría llegar a tanto. De hecho, creo que ahora hago más cosas que antes”. Simón utiliza una prótesis de carbono con encaje de silicona. “En cualquier prótesis, la rodilla es importante, pero creo que el encaje lo es aún más. Tener una buena prótesis, bien adaptada, es fundamental para economizar la energía en un deporte como el bádminton en el que se corre mucho y se realizan movimientos muy explosivos”. Antes de cada competición, y al igual que prepara su condición física, la visita a la Ortopedia López es obligada para sellar tornillos, engrasar válvulas y garantizar que esté en perfecto estado.
Una vez conseguido el objetivo en los últimos Europeos, Simón tiene ya la mente puesta en el próximo Mundial. Será la quinta vez en la que participe en una competición en la que ya consiguió el título de subcampeón (2011). Su palmarés lo completan, además de las conseguidas este año, otras tres medallas de bronce en categoría individual y una plata en dobles en diferentes campeonatos europeos. Y todo eso, tras siete años dedicado de lleno a la práctica de un deporte al que llegó por casualidad. “Antes del accidente practicaba tenis de mesa, natación…Tenía hasta el título de entrenador de fútbol sala, pero relación con el bádminton, ninguna”. En España, actualmente, sólo hay seis licencias de jugadores con discapacidad para la práctica de un deporte que sigue siendo minoritario y en el que chinos y malayos son los máximos exponentes.
“Puede que para 2020 el bádminton sea deporte olímpico. Sería una oportunidad única poder participar en las paralimpiadas representando a España. Si emocionante ha sido conseguir estas últimas medallas, no imagino lo que sería ser olímpico… Un sueño”, sonríe.