Para una persona que no tiene alguna de sus manos a causa de un accidente o enfermedad, tener una prótesis biónica es lo más parecido a volver a tener el miembro perdido. Y no sólo por la gran funcionalidad que ofrece, sino también por su estética y por la naturalidad de sus movimientos que evita el rechazo tanto del paciente como de su entorno.

Hablamos de tareas cotidianas que para la población en general pueden pasar desapercibidas, pero que para el paciente supone un logro y conlleva una indudable mejora en su calidad de vida y autonomía. Es el caso, por ejemplo, de poder abrocharse un botón o subirse la cremallera, de romper un huevo, enhebrar una aguja o saludar a otra persona estrechándole la mano. Es, en definitiva, la posibilidad de recuperar las habilidades que perdieron o nunca tuvieron (agenesias) y llevar una vida tan normal como la de cualquier otra persona.

Funcionamiento

La gran versatilidad de esta mano multiarticulada se debe a que la prótesis cuenta con cinco motores independientes para mover cada uno de los dedos. Es lo que permite, por ejemplo, que el usuario pueda escribir en el ordenador, manejar el ratón o, incluso, tocar el piano. Puede que estos movimientos no puedan hacerse a la velocidad de antes, pero, aunque más lento, el paciente recupera con la prótesis la posibilidad de hacerlos.

El manejo de la prótesis biónica requiere un proceso de entrenamiento y aprendizaje por parte del usuario apoyado siempre por su terapeuta.

Las funciones de la mano se activan mediante los impulsos eléctricos que emite el propio cuerpo al contraer los músculos del brazo y que son recogidos y transmitidos a la placa procesadora a través de unos electrodos estratégicamente situados, la cual activa los motores de la misma. Es decir, la mano se moverá a voluntad del paciente.

Por lo demás, tanto el manejo como el cuidado de la prótesis no requieren gran esfuerzo. Se carga a través de una batería integrada, como si de cualquier móvil o aparato eléctrico se tratara, la programación de esta mano también es posible efectuarla a través de una aplicación móvil descargable desde la web.  El sistema tiene ya pre programadas diferentes posiciones que el paciente elegirá en función de la actividad que quiera realizar: coger un bolígrafo, trocear alimentos, subirse los calcetines o coger un objeto del suelo.

La mano biónica se recubre con  una cubierta hecha en material de gran resistencia que no sólo protege la prótesis sino que cumple una función estética. Estas cubiertas están diseñadas para ser lo más parecido posible a la piel natural. Son antideslizantes en la palma para facilitar el agarre de objetos y de gran suavidad en el dorso para hacer más fácil tareas como vestirse. En función de las características del usuario, se podrá elegir entre varios tamaños de mano y diferentes tonos de piel.