Las enfermedades del sistema vascular periférico, el cáncer y los accidentes de tráfico o laborales son las causas más frecuentes de amputación en la actualidad. En el proceso de asimilación y recuperación, el paciente ha de asumir un papel activo para que, junto a médicos, fisioterapeutas y ortopedas, pueda cuanto antes readaptarse y recuperar su actividad diaria con la mayor calidad posible.

La amputación se define como quitar y separar un miembro o parte de un miembro del resto del cuerpo que en la mayoría de los casos se emplea como una medida necesaria para salvar la vida del paciente

¿Qué hacer tras sufrir una amputación?

El proceso de cicatrización durará un mínimo de dos semanas y tardará hasta tres meses en estabilizarse. Durante los primeros días, el tratamiento se centrará en la curación de la herida y en la modelación del muñón. Para ello, es importante emplear un vendaje compresivo que ayudará a reducir o prevenir el edema (acumulación de líquidos) y estimular el metabolismo en la zona. Lo ideal es que, tras la primera intervención del fisioterapeuta, sea el paciente o un familiar el que aprenda a colocar el vendaje. Como normas generales, el muñón ha de estar continuamente vendado, hasta su protetización. El vendaje ha de cambiarse cada 4 o 6 horas (en ningún caso ha de permanecer más de doce horas en el mismo sitio) y para ello se emplearán vendas elásticas de algodón medias compresivas o en su defecto, liner de silcona especiales.

Asimismo, si importante es el vendaje igualmente lo es el realizar de forma periódica masajes en el muñón. De este modo, estimularemos, relajaremos y mejoraremos la circulación sanguínea. Es recomendable masajear en el cambio de vendaje bien de forma manual o empleando un aparato de estimulación eléctrica (siempre bajo asesoramiento del fisioterapeuta).

También es recomendable una buena reeducación postural , para evitar contracturas en flexión y abducción  del miembro residual .

Otros consejos

Para una pronta y óptima recuperación y para el posterior mantenimiento de nuestra prótesis es importante seguir sencillas pautas que, poco a poco, incorporaremos a nuestra rutina diaria.

Algunos de estos consejos son:

• Realiza ejercicios de forma periódica para tonificar y dar elasticidad al muñón. Ello ayudará a evitar retracciones musculares y favorecerá la movilidad y adaptación de la prótesis.
• Lavar diariamente el muñón con agua y jabón neutro para evitar irritaciones e infecciones. Seque bien la zona y no use cremas, lociones o polvos ya que reblandecen la piel y podrían provocar lesiones.
• Nunca duerma con la prótesis. Ventile el muñón y revise su estado de forma periódica.
• Mantenga en buen estado su prótesis. Basta con revisarla regularmente y limpiarla tanto por dentro como por fuera
• Revise también el estado del calzado y consulte con su ortopeda la elección más recomendada. No use nunca la prótesis sin zapato.
• Controle su peso. El sobrepeso es uno de los motivos más frecuentes de problemas en la adaptación y uso de la prótesis. La pérdida, por el contrario, es más fácil de remediar, bien usando más medias en el muñón, bien retocando el interior del encaje.
• No realice ajustes en su prótesis pues esto podría provocar cambios en la alineación dando lugar a problemas  a la hora de caminar.
• Ante cualquier duda sobre su  prótesis póngase en contacto con su ortopeda.