Durante los nueve meses de embarazo, el cuerpo de la mujer acusa notables cambios destinados a facilitar el desarrollo del bebé que crece en su interior y a prepararse para el parto.
Durante los nueve meses de embarazo, el cuerpo de la mujer acusa notables cambios destinados a facilitar el desarrollo del bebé que crece en su interior y a prepararse para el parto. A medida que la gestación avanza, los cambios se hacen cada vez más notorios y pueden conllevar ciertas molestias. Si acabas de recibir la noticia de tu embarazo o vas a ser mamá en breve, puede que estos consejos te ayuden a hacer más cómoda la espera.
Los problemas circulatorios son muy frecuentes en las futuras mamás. Durante la gestación, para que el útero y el feto reciban suficiente oxígeno, la circulación sanguínea se incrementa lo que puede favorecer el engrosamiento o la aparición de varices. Asimismo, los tejidos acumulan más líquido y, por ello, es frecuente que aparezca hinchazón en tobillos y pies. Aunque ninguna futura mamá queda exenta de padecerlos, sí es cierto que tienen más riesgo de sufrir estos problemas aquellas mujeres que ya los padecían antes de quedar en estado, las que tienen sobrepeso o las que llevan un estilo de vida sedentario.
¿Cómo librarnos o, al menos, reducir estas molestias?
Sin duda, una de las recomendaciones más efectivas para prevenir las afecciones venosas durante el embarazo es utilizar medias de compresión. Pueden llevarse desde el tercer mes hasta dos meses después del parto o final de la lactancia. Hoy día, existen en las ortopedias diferentes modelos con diseños especiales para embarazadas. Cualquiera que sea nuestra elección nos reportará innegables beneficios: reduce la fatiga, mejora la circulación e incrementa la fluidez de la sangre, mantiene la postura corporal y previene o reduce la aparición de arañas vasculares y varices.
Junto a los problemas circulatorios, otras de las molestias más frecuentes que padecen las embarazadas son las que se derivan del incremento de peso y volumen en el abdomen. Conforme el embarazo avanza, son normales las dolencias en la zona lumbar o en la zona baja del vientre. De hecho, se estima que un 71% de las embarazadas padece dolor de espalda y un 41%, ciática.
Con un estado de gestación avanzado se recomienda el uso de bandas de contención abdominal. Estas bandas ejercen una compresión selectiva sobre la pared abdominal, elevan el abdomen y evitan la caída del mismo. Es adecuada también para prevenir las varices y para una segura sustentación ventral en los últimos meses de embarazo.
¿Y después del parto?
Una vez tiene lugar el parto, la zona abdominal queda flácida. Entre las mujeres que han parido recientemente es muy frecuente la sensación de incomodidad y vacío. A ello se suma, desde el punto de vista estético, el descontento por el aumento de peso o por la figura perdida.
Las fajas post-parto tienen la función de ayudar a que los órganos y la piel de la zona abdominal se “recoloquen” con mayor rapidez y a incrementar la sensación de comodidad.
Al igual que las fajas normales, encontramos diferentes modelos dependiendo de la zona que queramos recuperar. Existe la faja tipo tubo, que trabaja exclusivamente la zona abdominal. Las hay con tirantes y sujetador incorporado para moldear todo el tronco. Las tipo pantalón, braga o short trabajan el muslo, glúteo y abdomen. Dentro de ellas, las hay de diferentes materiales, como el algodón o la micro fibra.
Antes de utilizar una faja abdominal es muy importante consultar con el médico. Hay que tener en cuenta que el tiempo de uso continuo de la faja deberá ser más bajo al inicio para luego, si es necesario, ir aumentándolo gradualmente, y, por supuesto, nunca sobrepasar las ocho horas de uso.
Cuando el médico así lo aconseje, empieza a realizar ejercicios específicos para fortalecer tanto el perineo como los músculos que forman la faja abdominal. Ello, combinado con una dieta sana, nos ayudará a recuperarnos de nuestro embarazo.