Es más frecuente de lo que, en un principio, pudiera parecer, de fácil y efectivo tratamiento y, lo que es más importante, más fácil aún de prevenir. Hablamos de la plagiocefalia, una deformidad que algunos bebés presentan en el cráneo debido a la presión ejercida en la zona antes, durante o después del parto.
Durante los primeros meses de vida, los huesos que forman el cráneo del bebé son suaves y flexibles por lo que, cualquier presión excesiva o continuada en un punto concreto puede interrumpir su normal desarrollo o producir deformaciones. En la mayoría de los casos, las plagiocefalias son causadas por una mala posición o por mantener al bebé en la misma postura durante demasiado tiempo: niños tranquilos, que duermen mucho y siempre del mismo lado o bebés que pasan gran parte del tiempo en sus silletas o hamaquitas sin moverlos. En otras ocasiones, no obstante, estas deformaciones craneales se originan antes o durante el parto. Así, existe una mayor probabilidad de que se produzcan en embarazos múltiples, cuando hay encajonamientos prolongados del feto o existen miomas en el útero materno, si se usan ventosas o, por ejemplo, si el bebé nace con tortículis muscular congénita.
Tratamiento
Con independencia de sus causas o tipos, el uso de una ortesis craneal ha demostrado ser el tratamiento más efectivo para corregir cualquier deformación. El casco ortopédico moldea la cabeza del bebé durante su crecimiento y hace que este se desarrolle de forma simétrica y proporcionada. La forma de actuar es sencilla: produce contacto total en aquellas zonas donde no se desea que haya crecimiento y, por el contrario, no ejerce sujeción o presión alguna en aquellos puntos en los que sí se quiere haya expansión.
Realizada en un material plástico, la ortesis craneal es ligera, no da alergias y es muy bien tolerada por los pacientes pediátricos. Su fabricación es totalmente a medida y en base a imágenes hechas con escáner 3D. De este modo, se garantiza una precisión milimétrica y la total adaptación del casco a la cabeza del bebé.
El tratamiento ortopédico es útil en las siguientes condiciones:
El período óptimo para el éxito del tratamiento está entre los 4 y los 12 meses de edad, cuando la cabeza del niño aún está en un crecimiento activo. Antes de los tres meses no es recomendable y, a partir de los dos años será ya imposible corregir cualquier anomalía. El tratamiento tiene una duración de entre cuatro y seis meses. Durante este tiempo, el pequeño tendrá que utilizar el casco todo el día, a excepción del momento destinado para el baño y aseo, los ejercicios del cuello si están pautados y para vestirlo.
Por último, entre las medidas para prevenir el desarrollo de este tipo de deformaciones, los especialistas recomiendan cambiar de postura al bebé cada dos o tres horas. Además, también es aconsejable el uso de almohadones especiales (cojín Mimos) que reducen hasta cuatro veces la presión en la cabeza del bebé cuando duerme en posición supina (boca arriba).