Conocidas más popularmente como escaras, las úlceras por presión son aquellas lesiones en la piel que se producen por la presión que ejerce el propio cuerpo sobre los tejidos, especialmente, en aquellas zonas donde los huesos están más cerca de la piel: talones, tobillos y caderas. Afectan, fundamentalmente, a personas que están encamadas o en silla de ruedas. La principal causa de su aparición es, pues, permanecer en una misma posición durante demasiado tiempo. No obstante, también pueden deberse al roce o fricción que se produce, por ejemplo, si en la cama, se arrastra al paciente para subirlo hacia el cabecero o si en la silla de ruedas una mala sujeción hace que éste vaya resbalándose poco a poco.
El riesgo de este tipo de úlceras es que pueden derivar en graves infecciones, de ahí la importancia de prevenir su aparición y más cuando se ha constatado que en el 95 por ciento de los casos, estas lesiones son perfectamente evitables.
¿Cómo prevenirlas?
Si tiene algún familiar o persona a su cargo que está encamado o tiene poca movilidad, o si es usted mismo el afectado, seguir estas sencillas recomendaciones reducirá la posibilidad de que sufra úlceras por presión. No obstante, siempre que tenga duda u observe alguna anomalía, consulte al personal sanitario para que lo valore y, si fuera necesario, prescriba el tratamiento oportuno.
- Cambie con frecuencia la postura: Es primordial para la prevención. En personas encamadas, deberá hacerlo cada dos o tres horas; si está en silla de ruedas, mínimo cada hora y si se es independiente para ello, cada 15-30 minutos, descargando el peso de los glúteos de un lado a otro.
- Mantenga siempre la piel limpia y seca: el aseo ha de realizarse con agua tibia y jabones neutros. Aclare bien y seque sin frotar. Es muy importante que la piel no esté húmeda, sobre todo, en las zonas de pliegue. Cuando aplique crema hidratante, no masajee, sino deje que se absorba totalmente y, por supuesto, nunca utilice ningún tipo de alcohol (de romero, colonias…) sobre la piel. Use ropa de algodón o hilo y cuide que las sábanas estén siempre secas, limpias, sin arrugas y sin restos de comida. En el caso de que el paciente tenga algún tipo de incontinencia, las medidas de higiene tendrán que extremarse aún más.
- Utilice productos que aligeren la presión: Almohadas, cojines, taloneras… ayudan a que la presión en la zona sea menor y, por tanto, a que se reduzca también la aparición de úlceras. Usar un colchón antiescaras, por ejemplo, puede reducir en más de un 50 por ciento la probabilidad de padecerlas. En este apartado, es recomendable que siga las recomendaciones de su técnico ortopédico, que será quien mejor pueda asesorarle.
- Siga una alimentación saludable: Debe ser rica y variada, garantizando el aporte diario de proteínas y de las vitaminas de frutas y verduras. Asegúrese de que bebe entre 1´5-2 litros de líquido (agua, zumos, infusiones…) y fraccione sus comidas (cuatro o cinco al día). No obligue a comer, mejor invítele, y ofrézcale un menú adaptado a sus gustos y a sus características.
- Cuide el entorno y el trato: el buen estado de una persona encamada o dependiente, pasa también por cuidar su ambiente más cercano. Tenga su habitación bien ventilada e iluminada y con la temperatura y humedad correctas y, más importante aún, trate de que esté ocupado en alguna labor o entretenimiento, en función de sus capacidades, y transmítale el mayor afecto posible.